Portafolio Literario de Juan Carlos Martín Rojas -Venezuela-

La Fábrica… Una vez hubo una fábrica de luces… Todos querían entrar: La luz se podía tocar y acariciar… eran estas luces muy, muy juguetonas.   Les hacían cosquillas a los visitantes de la fábrica. Iluminaban cuerpos y cerebros… y cuidado;   porque si se emocionaban… les quemaban la ropa a los ya asiduos visitantes… Eran luz y solo luz, con personalidad, autonomía y voluntad…   Nadie sabía realmente de qué estaban hechas: ¿Serían Almas? Pero no, eran luces, producto de una fábrica que no tenía dueño.   La fábrica funcionaba sola… era completamente armoniosa y autónoma… que bien...

¿Regalaste algunas joyas de familia? Quería contarte una historia: yo quise deshacerme de todos los objetos religiosos que tenía (me quedé solo con las Biblias)… Pero después de un tiempo comencé a sentir nostalgia por una bella imagen de la Virgen de Coromoto que le regalé a mi hermana; ya que ella colecciona vírgenes.   Se la pedí de vuelta y ella me la dio.    Después de un buen tiempo comencé a sentir nostalgia por los Rosarios que te regalé.   El de San Benito plateado de Alpaca (italiano). Y el de madera traído de Israel (que me lo regaló una paciente psiquiátrica a la que le caí bien).   Es como si estos objetos tuvieran vida propia y quisieran volver a mis manos.   Siento una gran ansiedad de tenerlos: me llaman… los necesito y no tengo medios para re-obtenerlos por mi cuenta… Yo te los regalé con mucho cariño; y con mucho cariño te los pido… dártelos fue como un Grito de Libertad… ¿Dónde termina lo psiquiátrico y comienza lo místico? No lo sé… espero que sea

El Protagonista: El río toma   su cauce natural; todas las cosas vuelven a su origen… el manantial hace tiempo que ya nació; crece y crece desbord á ndose…  El agua comienza a correr y se derrama: comenzando a arrastrar todo a su paso… Las flores se detienen y en cánticos se defienden de las podaderas, en ceguedad...   Se hacen escurridizas, inclusive algunas alcanzan la invisibilidad… pero por eso lloran, aunque también logran esquivar tantos filos mellados de navajas mal hechas.    L as flores solo quieren mirar al sol y saber a yerbabuena; además de saber a flor… saber a abeja, saber a miel, saber a Amor… Todo esto sucede   mientras el protagonista solamente observa, erguido desde un balcón… todo aquello que sucederá después. Parece que hay una gran disonancia o una presunta cacofonía,   pero no es verdad… El protagonista jugará con todos los elementos: ¿El final?... Para las mentes inquietas y curiosas, las respuestas no están en el futuro, las respuestas