Mente...


Mente:

Dios: tanta mente, tanto espíritu, tanto cuerpo, tanto peso... Tanta humanidad… Quién se atreve a definir las cosas del alma en los términos más coloquiales posibles, un alegato de severidad sobre alguien se asoma… los corpóreos contrarios le acusan… y no halla cómo defenderse… sólo las lágrimas serán su defensa contra ellos, malos por naturaleza, porque para ello fueron creados: para atacar, hacer daño y reírse del bueno… 

Cuán inocente eras cuando no sabías que esto te iba  a suceder, caíste como un corderito en tantas trampas… Busca refugio en Dios. Donde tu inocencia puede ser mostrada sin vergüenza alguna… sin que te acusen de tus pecados…  Oye la plegaria que todo lo cura, déjate envolver por esa melodía que te transporta fuera de este mundo y te da una esperanza de vivir diferente… por caminos nunca pisados por nadie: camino a D-os, tú Creador. Busca el consuelo que solo Él te puede dar… porque por ello le eres tan devoto.  No pienses que Hashem no está allí porque no es así… Olvida… olvida… olvida y entrégate porque lo que viene es superior y tú lo sabes… Ayuda al que se deja ayudar y sigue esperando las cosas que tanto pides sin fijarte en el tercero: eres tú y Dios… más nadie interviene: una alianza para siempre… que no podrá deshacerse jamás…!





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