El Mesías descamisado...
Nunca hubo
Mesías Falsos...
“Jesús empezó a
decirles: Mirad que no os engañe nadie.
Vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: “Yo soy” y engañarán a
muchos... Entonces, si alguno os dice: “Mirad el Cristo aquí”. “Miradlo allí”,
no lo creáis. Pues surgirán falsos
cristos y falsos profetas y realizarán señales y prodigios con el propósito de
engañar, si fuera posible, a los elegidos.
Vosotros, pues, estad sobre aviso: Mirad que os lo he predicho
todo...”. Evangelio según San
Marcos 13, 5; 21-22.
...Hubo
tantos enviados, tantos en su tiempo creyeron ser... sin serlo... pero no por
ello son falsos... son simplemente Mesías con “s” en plural... cobardes o
valientes... pero Mesías con “s” al fin... ¿Quién o qué determina quién es
mejor o más digno que el otro para asumir tal dignidad?; ¿Qué criterio hay que
usar para determinar: “quién es quién”?
Para mí todos estuvieron ungidos, para mí, todos merecen la gloria: Que
vivan los falsos Mesías... Por ejemplo: El
pregonero del Mesías: Asher Lemlin (1502); Mesianismo político: David
Reubeini (1524-1532); Mesianismo místico: Shlomo Moljo (1528-1532); Mesianismo
institucional: Yacob Birav (15381541) ; Mesianismo practico: Jose Nasi (1564-1570) ; Mesianismo cabalístico: El ari
(1569-1570) ; Mesianismo
diplomático: Menashe ben Israel
(1655) ; El año del Mesías: (1648) ; Mesianismo místico: Sabatay Zevi (1648–1666) ; Mesianismo
aventurero: Jacob Frank (1755-1760)... y muchos más que fueron devorados por la
oscuridad de la Historia y los inmensos y mezquinos portales del anonimato y la
fama, las olvidadas comunidades herméticas... Las puertas cerradas de los
manicomios antiguos (guarida de demonios en camisas de fuerza) ... Todos
merecen el Reino que soñaron tener y no pudieron ver... todos son hijos
legítimos de Dios, porque en el restablecimiento alcanza para todos, hay
“poder” para todos... todos hayan alguna complacencia en mí... todos me
gustan... mis Mesías falsos... Somos hermanos... el límite son los linderos del
universo... Hoy ha nacido una nueva hermandad, una congregación espiritual...
Síganme... Cofradía de valientes... porque todos ustedes son verdaderos, yo los
declaro verdaderos, desde el lugar de la ultratumba: Síganme y busquen a
aquellos que también quisieron ser, pero no los dejaron... Síganme ustedes
valientes... porque aquel absurdo dilema de determinar quién es y quien no
es... siempre estuvo resuelto por Dios... es al pensador vulgar a quien le
gusta enredarse con estas cuestiones... así que solamente demando de ustedes
que me sigan, ustedes que habitan en el más allá... yo que estoy en el más
acá... busquen, busquen, busquen a los extraviados Mesías en una eternidad
pretérita y llena de errores, a mis Mesías perdidos y anónimos que fueron
acallados con violencia y traición, muchos de ellos bañados en sangre...
Ayúdenme... desde el más allá... y que cada cual, colabore con lo que pueda...
en una amalgama y síntesis perfecta de lo que nunca fue, de lo que pudo ser...
de lo que será... de lo que se nos ha prometido, porque somos hermanos...
dignidad con la cual hemos nacido como estirpe bendita... estirpe celeste, vean
todos al cielo, a las alturas... bendita dignidad... dignidad de los malditos
Mesías falsos... pero todavía quedan
muchos Mesías falsos por descubrir en el mundo, los que aún viven, los que
están en manicomios, en grupos guerrilleros, en hospitales, en las iglesias, en
las sinagogas, en las mezquitas, en las sectas, en filas de ejércitos, en
cárceles, en discotecas, en la jungla, encerrados en casas, en el diván de
algún psiquiatra judío, divagando por las calles... hay muchos Mesías falsos
que Dios alaba cada día por su grandeza y entereza... que Dios alaba porque los
envuelve un hálito de heroísmo creciente...
Hay Mesías falsos que no saben que lo son, que lo serán, que lo llegarán
a ser... vengan todos porque somos “todos juntos” los reyes del universo... yo
les daré mi cobijo y mi protección... todos sus sueños serán realidad... porque
se atrevieron a asumir un papel imposible... que solo estaba reservado para
Dios... y esto causa mi admiración... y me enternece mi decisión de amarles con
todo el corazón... mis queridos Mesías falsos... porque yo soy uno de
ustedes... yo soy el Mesías descamisado, el que este mundo estaba esperando. Yo
soy el hijo del demonio, porque así sus ministros me trataron, ahora que asuman
ellos la responsabilidad ante Dios de este trato... Digan todos: Amén... y solamente les digo una
advertencia final, tanto para Mesías (s) vivos como muertos: Estemos abiertos a
la infinidad de las maquinaciones divinas...