Absolutos...
Quién
pudiera entrar dentro de tus Absolutos…
Oh sí Señor, quién pudiera entrar dentro de tus “Absolutos” y regir y gobernar el Universo a tu lado y junto a ti Señor, sin mácula ni error.
Porque
en tus “Absolutos”, Señor, no hay error, no hay lugar ni para la discordia, ni
para La disensión: solo puede haber una sola explicación para las cosas más y
menos profundas, además emitida por tu poderosa sabiduría…
Porque
en ese lugar solo reinas tú Señor y todas las cosas están ordenadas según la
grandiosa medida de todas tus infinitas perfecciones. Un lugar... quizá un estado mental, donde una
plácida, eterna, inigualable e inconmovible paz haga de todos nosotros: seres
igualmente inconmovibles como tú Señor, imposible de ser confundidos,
engañados, derrotados, agotados…
Con
el inmenso placer de la feliz herencia de una esperanza que es notoriamente
perpetua, Y que de esperanza transmutase
ésta en realidad concreta de Paraíso,
por siempre jamás…
Sencillamente esto sería, Señor, vivir dentro
y al poderoso cobijo de tus magníficos y muy preciados “Absolutos Divinos”, en
todas sus formas, colores y sabores sin final.
Que
dulce y agradable final me concederías a mí y a toda la humanidad, si nos
dejases habitar para siempre, en semejante estado de placer, cara a cara frente
a ti, mi Dios, nuestro Dios.
Tu
magnificente belleza, de la cual la Creación entera es un obvio, pero tenue
reflejo y producto de ésta. El Hombre, por mucho que se aleje de ti, te
desobedezca y se equivoque, no podrá negar jamás que es tú “Opera Prima”,
porque como tú solo sabes hacer las cosas en grande, he aquí estamos nosotros
ante ti: Gran Padre Amado, único responsable de todo lo que es bueno, agradable
y perfecto.
Muchas
veces, el hombre, sin saberlo te canta y te celebra, porque todos tenemos esta
sed de ti que es tan grande que solo tú puedes satisfacer. Gracias: Gran Benefactor de la Humanidad,
millones de gracias y bendiciones para ti.
Una
vez más: GRACIAS...por siempre…