Derriba del trono a los Poderosos...


El Magníficat

Una de las partes más rescatables y destacables del Nuevo Testamento es, sin lugar a dudas, el Magníficat: oración pronunciada por María de Nazaret cuando se consigue con su prima Isabel; encontrándose ambas embarazadas: una de Jesús… otra de Juan el Bautista. Se la dedico a Venezuela:


Oración del Magníficat:


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.


Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre…



Se dice que María de Nazaret era una sencilla adolescente judía… que explota por el Espíritu de Dios en esta aguerrida proclama en un momento revelador hasta para ella misma… Y la frase que me hizo recordar esta oración fue:


El (Dios) hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.


Porque en Venezuela necesitamos que se cumplan al pie de la letra en este año 2018; estas ideas atribuidas a la madre de Jesús de Nazaret.  Amén…


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