El público invisible...
El Señor escritor, se dedica a su Escritura de forma
frenética y con lúdica paciencia… trata de dar lo mejor de sí y para que no se le escapen de la mente las
ideas que pululan en ella… se ocupa en demasía en su oficio aún no remunerado…
y ocurre algo terrible “la taza aún está tibia y vacía…" cosa que nota
cuando se la lleva a la boca… mientras está muy concentrado en su quehacer, que decepción...
Entonces el Señor escritor va corriendo a la cocina y
simplemente se calienta en el micro -con una buena dosis de edulcorante- el
último poco de café negro que queda… acompañado de los cigarrillos de su preferencia… Al poco rato otra vez la taza está tibia y vacía… otro viaje a la
cocina a preparar más café…
Pero la taza tibia es solo un detalle, es un pretexto que
le sirve al Señor escritor, cual personaje de una novela: De llegar al momento de
la justificación de su rol en la Historia de la Vida: en este caso la Creación. Simplemente
van surgiendo capas desde su interior… y surgen nuevos temas “como del manantial”… cosas van y cosas vienen dentro de su mente...
El Escritor se nutre de sus vivencias… de los temas que
conoce: de pretextos que son producto, casi que de cualquier cosa, que tengan un sentido existencial plausible, importante y trascendente; tanto para juicio del Escritor como del público invisible… un público que no existe, un público imaginario… todavía… un público que hay que educar... o pre-educar... Aunque el Señor escritor no se detiene demasiado en ello...
Alguien le dijo al Escritor que cuando se era “nuevo”
había que escribir para los demás… y que luego, cuando se había alcanzado el “reconocimiento”
podías escribir para ti mismo… Pero que
comercial esta visión de la Vida… Quien
es Artista no hace concesiones de ese tipo…
Si la gente lo reconoce o no… ese es otro problema…
Al final de los finales, el Señor escritor está
saboreando en este momento una deliciosa taza de café negro… ordenando sus ideas,
como una vez dijo: “Con palabras que no sé de dónde vienen, que vienen de la nada: que salen de mi
rostro”…