La pequeña Moralista... Micro-relato
Ella
pide que su menudo cuerpo sea vestido, como de costumbre, de negro, quiere dar un paseo en
automóvil por la ciudad y alrededores… Cuando sale y ve el día solo dice: “bonito”…
pero es tan distinto aquello…
Cuando
vuelve a su residencia está rodeada de paparazzis, cámaras y periodistas que
comienzan a abordarla desesperadamente y tratan de entrevistarla, en una escena
que de desordenada se está convirtiendo en violenta y caótica… De tal manera que alguien, muy ansiosamente y saltando la barrera humana que protege a la pequeña Moralista, con lágrimas en sus ojos... le pregunta a la venerable anciana: ¿qué tiene que decir al
Mundo?... ¡por favor... por favor... se lo suplico...! ; ¡se lo suplicamos...! Y cae muerto de un infarto fulminante...
La pequeña Moralista, se detiene, mirando el cielo y toda la escena: todos quedan paralizados. La Moralista sabe que su
respuesta consolará a ricos y pobres, buenos y malos, felices y
desgraciados… y sentencia lo siguiente:
“Luego de tantos años completamente
aislada y ver ahora cómo son todas las cosas, creo que tendría que actualizarme
un poco: pero veo que ciertos elementos no han mutado para mejor… y si la esencia
no cambia, será malo para todos. El
mundo es cruel y agresivo pero si cambiamos nuestra esencia haremos resonar las
campanas de la Gloria para nuestro bien y beneplácito del Misterio que nos
creó… Busquen esencia: dentro y fuera… pero un buen consejo es que la busquen
de verdad. Es todo lo que puedo decir.
Gracias… Sé que esto parecerá un poco general, pero es la palabra clave: ¡Esencia…!!!”.
¿Pero
qué es esa esencia?: le increpa una de las entrevistadoras con aires de desconfianza: Ella solo dice: "Misterio… lo sabrás cuando mueras… escoge un sistema de
pensamiento o creencia: es lo que hace la gente en general… pero ahora hay un
ambiente viciado y el mundo no está bien… por lo poco o lo mucho que he visto y vivido… el mundo nunca ha estado bien, gracias al Enigma de aquel tristemente célebre desorden ancestral"
Así, se dirige a su habitación… pide un helado de fresa y que la dejen sola… Al poco rato la copa yace quebrada en el suelo; logró
comerse su helado. De esta manera inaugura su muerte la pequeña Moralista... un hálito de paz y luz fantasmal rodea su cuerpo e inunda la habitación... No hay lágrimas... solo paz... de unos ojos que se vuelven a cerrar para no abrirse jamás en este plano... para contemplar la Esencia... más pura de la Vida... como ella misma había dicho: Esencia... ¡una vez más...!