Laberinto…

Laberinto…

¿Será que soy psicópata?

Ya, poco a poco… está amaneciendo, se hace de día en una fría mañana. Ella había pasado toda la noche vagando y comenzó a ver letreros que decían cosas como: ¿Quién establece la Reglas?: continúa caminando y observa muchos enunciados raros… que puede leer y entender, pero que le son ajenos a su mente y su alma; simplemente no los puede digerir.  Como por ejemplo… “¿Qué es una Sociedad o Comunidad basada en Valores?”; “¿Por qué respetar las normas o no?” y así va recibiendo lecciones dentro de las paredes del laberinto… pero todo es inútil… no puede digerir esto, más bien le dan ganas de vomitar todas estas cosas… y arquea su cuerpo para hacerlo, porque le da asco la decencia…

Y cuando se enfrenta con la verdad, se ve a sí misma, se ve dentro de sí… diciéndose: soy una criminal, lo sé, pero al mismo tiempo no me doy cuenta, porque ya me acostumbré, ya lo internalicé demasiado y me gusta.  Mi vida es una trampa que siempre armo a los demás, tengo como remordimiento, pero algo raro pasa… ¿Será que soy psicópata? ¿Qué importa? Solo yo soy importante…

Perdida en este Laberinto solo quiero satisfacer mis instintos más primarios: porque soy un ser muy básico que únicamente le tocó tener poder; y me esforcé mucho para lograr ello: esa es la rabia que me tienen… estoy perdida en este laberinto… y esos letreros moralistas de bien común, ¡me tienen harta…! ¿Por qué vomito tanto… porqué me doy asco a mí misma… por qué rompí las reglas? No importa soy psicópata…

¿Será que soy psicópata?

Y por ello estoy perdida en este laberinto…

Solo queda la condena moral cuando salga de aquí...

No sé qué sentiré...
Esa fue mi opción, mi escogencia...
He escuchado que los psicópatas no sienten remordimiento o culpa...
Me siento rara... como asustada...
Me están esperando allá afuera...
¿Y ahora qué voy hacer con mi vida?
Los descalificaré e impondré mis reglas: ¿psicópatas?